Ese vago clamor que rasga el viento
es la voz funeral de una campana:
Vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento
que en sucio polvo dormirá mañana. (1)
El 15 de febrero de 1837, en el madrileño cementerio de Fuencarral, con cuerpo presente, fosa abierta y tarde crepuscular, el desconocido joven poeta de rostro pálido y larga melena, ante un nutrido cortejo de escritores enlutados, lee con sentido solipsismo un poema dedicado al suicida por amor, al joven literato de casi 28 años yacente.
El escritor suicida es “Fígaro”, Mariano José de Larra y Sánchez de Castro. Y el bardo, José Zorrilla y Moral. Este hecho, el suicidio, el entierro y la lectura del poema, quizá sea el más importante y paradigmático de nuestro Romanticismo, y el momento bautismal de Zorrilla con el que comienza un camino como consagrado poeta de fama y gloria.
(1) Primer quinteto (endecasílabo) del poema fúnebre “A la memoria desgraciada del joven literato don Mariano José de Larra”.
Hoy es víspera del 1 de noviembre, del día de “Todos los Santos”, y aunque actualmente esta fiesta ha sido colonizada por las calabazas y el “truco o trato”, existe la tradición de programar en los escenarios españoles y en algunos americanos, la obra teatral “Don Juan Tenorio” versión del mito, realizada por el escritor vallisoletano. Escrita en 1844, y aunque con un estreno discreto, en muy poco tiempo alcanzó una popularidad sin igual en el teatro español. Desde entonces, al llegar noviembre, mes de las ánimas, la obra de Zorrilla terminó por desbancar de los escenarios a la de Antonio de Zamora: “No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, y Convidado de piedra” que se ponía en escena el día de difuntos desde su estreno en 1744. Con lo que la representación del Tenorio ha sido requisito imprescindible en estas fechas, convirtiéndose en una secular tradición hispánica que ha persistido ininterrumpidamente hasta casi nuestros días.
Son fiestas para “Santos y Difuntos” y no podría haber un ambiente más apropiado y apetecido para el espíritu romántico del XIX, para escritores que vagabundeaban por ruinas y cementerios, entre leyendas, fantasmas y tradiciones, y como dice el hispanista Russell P. Sebold, definiendo una nueva cosmovisión sobre: “la metaforización ascético-mística del egoísmo y la apoteosis del poeta; la superioridad moral y artística del poeta frente a los demás hombres; el poeta como profeta enviado a realizar una misión misteriosa, posiblemente divina; la superación del ‘no ser’ y la eternidad por la belleza del verso y esa comprensión que sólo se da entre espíritus sensibles y elegidos; el insalvable abismo entre poeta y sociedad conservadora; el ‘fastidio universal’ y la desesperación de verse cogido entre el vacío macrocósmico y el vacío microcósmico.” Admiradores de la Edad Media, de Góngora y hostiles al clasicismo y el realismo, con un estilo rendido a la fantasía y a la subjetividad idealizada y artificiosa. Toda una pirotecnia de pasiones. Así mismo, ellos fueron destetados por la generación regeneracionista del 98, que los veía como vacuos, falsarios y exponentes de la España más rancia.
Pues hoy víspera, me quiero unir a esta tradición romántica española haciendo un casi improvisado acercamiento, unas notas, a una posible puesta en escena de la obra de José Zorrilla. Y con ello, también quiero hacer un homenaje a esta generación de escritores marginales para nuestra cultura contemporánea, muy alejados y tan ajenos a nuestro lenguaje y nuestras vulgares pasiones. Un homenaje a mi querido Espronceda, a Gómez de Avellaneda, Bermúdez de Castro, Eugenio de Hartzembusch, Martínez de la Rosa, a Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer…, “generación” tan diversa en estilos, en sentimientos y emociones, y que aglutinó a revolucionarios y reaccionarios, liberales y monárquicos, jóvenes y viejos, vagabundos y burgueses.
DON JUAN TENORIO
Drama Religioso-Fantástico
en dos partes
Por Don JOSÉ ZORRILLA
1844
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Parte primera
ACTO PRIMERO
“Libertinaje y escándalo”
ACTO SEGUNDO
“Destreza”
ACTO TERCERO
“Profanación”
ACTO CUARTO
“El diablo a las puertas del Cielo”
Parte segunda
ACTO PRIMERO
“La sombra de doña Inés”
ACTO SEGUNDO
“La estatua de don Gonzalo”
ACTO TERCERO
“Misericordia de Dios, y apoteosis del Amor”
Pues esta noche, sacaré los “huesitos de Santo” que he comprado, abriré una botella de vino y mientras escucho “Il dissoluto punito, ossia il Don Giovanni” de Mozart / da Ponte, volveré a leer la magnífica obra de nuestro Poeta Nacional, coronado de laurel en Granada el 22 de junio de 1889.